Todos entendemos que la comunicación es un aspecto fundamental, ya que sin ella no podríamos desarrollarnos de manera intrapersonal ni interpersonal. La base de ella el diálogo que se crea con una o más personas.
La comunicación se da en diversos círculos sociales; sin embargo, la que se da dentro de la familia cumple un rol importante, no solo en el desarrollo de uno mismo, sino en el progreso de esta. Esta no solo depende de los padres, sino también de los hijos, es la ida y venida de ideas, sentimientos, gestos, cariño, respeto, valores y pensamientos entre cada miembro de familia.
Si la comunicación empieza a fallar, ya sean por la relación madre-padre, padres-hijos, hermanos-hermanos, no solo afecta a un miembro sino a todo el conjunto involucrado. En consecuencia, se crea una relación deficiente y vacía. A si mismo las relaciones se ven afectadas, pero más aun la relación entre los hijos. Generando que cada uno viva en su mundo, independiente de todo aquel que lo rodea.
En el mundo existen diferentes culturas y diferentes formas de comunicar, ejemplo de ello es Japón. Quizá por el gran número de población, las familias tienen como máximo cuatro miembros. Pero esto no quiere decir que al ser un círculo pequeño haya una eficiente y eficaz comunicación, razón por la cual la relación entre los mismos es escaza y en ciertos caso hasta nula.
Esta situación en particular, como ejemplo de la mala comunicación, se muestra en la novela After Dark de Haruki Murakami. Él nos cuenta sobre una relación entre hermanas deteriorada, llegando al punto de tener que escuchar por terceras personas lo que le sucede a la otra.
Como ya mencionamos anteriormente, la comunicación familiar es importante, pero más aun la que se da entre hermanos y/o hermanas. Es elemental porque crea una unión, un lazo. Por supuesto entendemos que habrá rivalidad, complicidad, confidencias y enemistad entre ellos. Esta relación se inculca desde que son pequeños y se verá reflejada en la adolescencia y post-adolescencia.
Lo que debería construirse entre hermanos tendría que ser la relación más gratificante y duradera que se desarrollará a lo largo de la vida. Los padres deben intervenir en esta relación tratando de solucionar sus diferencias y dificultades, no marcándolas y haciendo notar un favoritismo hacia alguno de ellos; sino de una manera imparcial considerando que cada uno es diferente, así como sus personalidades.
Lo menciona Murakami en After Dark:
‘’…mis padres me lo han ido diciendo desde pequeña: ‘’Ya que no eres guapa, al menos tienes que ser buena estudiante’’…’’ (Murakami, 2010. P. 73)
‘’…De todos modos, haga lo que haga, a mis padres no les preocupa demasiado…’’ (Murakami, 2010. P. 82)
Si los padres no aceptan a un hijo como es, no le dan importancia y no mantienen la comunicación familiar en equilibrio, no es de esperar que la relación entre hermanos sea la mejor. Debido a que marcan determinadas diferencia creando más rivalidad, indiferencia y hasta quizá envidia entre ellos, como lo muestra Murakami en el ejemplo.
Este deterioro en la relación no crea un trato entre ellos mismos. Por el contrario, crea una independencia relativa pues solo incluyen a los padres. Todos estos aspectos en conjunto hacen que el individuo cree un mundo que solo gira entorno a él, mostrándose indiferente con quienes lo rodean.
‘’…Si te soy sincera, a mi hermana yo apenas la conozco. No sé qué hace, tampoco sé qué piensa, no sé con qué gente va. Ni siquiera sé si tiene preocupaciones o no…nunca hemos hablado con el corazón en la mano... durante mucho tiempo, hemos llevado unas vidas muy distintas’’ (Murakami, 2010. P.202).
Este fragmento no solo nos ilustra las consecuencias de una relación, que quizá nunca se llegó a formar sino el desinterés por forjar una. Es claro que nunca se formó un lazo o hasta quizá se formó uno pero ese ya no existe.
Por mi experiencia, durante mis primeros 15 años, pensé que solo existía yo en mi familia, no había una relación de hermanas ni mucho menos una relación con mis padres, quizá sea porque casi nunca estábamos juntos y tenga solo recuerdos de salidas con amigos, de almuerzos sola, de noche de películas románticas, compartidas con un perro, de largas horas al teléfono con personas que no causaban ningún interés. Pero sabía que dormía con alguien al costado, que me miraba sin razón todos los días, para mí era una hermana, pero no la conocía.
La falta comunicación en mi familia me enseñó a ser diferente, más independiente, más decidida, arriesgada, quizás tímida en ciertas ocasiones, pero no digo que este mal o posiblemente erróneo, simplemente fue así.
Podemos decir que no existe una relación propiamente dicha entre hermanos y está se debe a la mala comunicación familiar generada desde pequeños, ya sea por los diferentes tratos que hacen los padres ente los hermanos y el poco interés que encuentran en ello. Como consecuencia no se forma un vínculo y no verán beneficio en ser rescatarlo. Así mismo, no se construye un lazo familiar ni uno paternal, dejando claro que los padres deberán sembrar y vigilar dicho vínculo.
Los hermanos no serán hermanos, serán simplemente personas que quizá por casualidad tienen el mismo apellido, que duermen en el mismo lugar y hasta pueden que compartan la mesa para las distintas festividades. El silencio que provoca aleja a los demás, te mata por dentro.
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La mala comunicación no solo te deja en silencio con la familia sino con uno mismo. |